LA EDUCACIÓN DA VALOR A LA VIDA
No
podría haber puesto otro título a mi entrada sobre educación y valores. ¿Cuánto
vale una vida? Seguro, querido lector, que te costará responder a esa
pregunta. Pero si tuviéramos que construir ese “valor”, seguramente habría que
tener en cuenta el nivel educativo de esa persona. Y la educación, a su vez, se
construye de valores. Antes de empezar con la descripción de la actividad
práctica, me gustaría hacer una reflexión sobre ello. La educación, como la vida,
es un desarrollo humano que tiene como bases unos valores que nos inculcan
objetiva o subjetivamente desde que nacemos. Sin valores no tendríamos la base
de las relaciones humanas, poca diferencia tendríamos con el mundo salvaje. Si
queremos distinguirnos de este, tenemos que construir una educación en valores
democráticos y abiertos a los nuevos cambios venideros, que formen a las
nuevas generaciones para los nuevos retos sociales.
Después
de esta reflexión, he de comentar la importancia de convertir en práctica
los conocimientos teóricos como hemos hecho sobre el consejo escolar. La casa
de Galicia de Valladolid sirvió como escenario para que toda la clase, dividida
en dos grupos, se sintiera parte de un consejo escolar y viera la
responsabilidad que tiene ser miembro. Normalmente en la etapa de estudiante no
nos damos cuenta de la importancia de este, y le restamos peso a sus
decisiones.
Sentados
en círculo, hicimos un brainstorming muy significativo, (a mí
siempre me gusta dirigir las actividades a una puesta en común de ideas), en el
que dimos luz a un centro escolar, a sus valores y al desarrollo de estos en un
currículo. El centro lo llamamos “I.E.S. Montes Torozos”, y se trataba de un
centro rural de secundaria y bachillerato. Entre todos, definimos educación, a
partir de mi propuesta de que cada uno dijera un verbo acerca de lo que era
para sí educar, y nos quedó una definición muy ideal: “Capacidad para
transmitir conocimientos y valores para formar y potenciar el pensamiento crítico
en las personas”.
Los
valores los quisimos enfocar sobre todo en el ámbito rural, para aprovechar las
condiciones den entorno, y de ahí salieron algunos como “Respeto a la
naturaleza y el medio ambiente”, y “Fomento de las tradiciones y la
cultural local y rural”. Sin duda, valores que se están perdiendo entre las
nuevas generaciones del ámbito urbano, y estos están contagiando a la gente del
ámbito rural. Entre valores más genéricos, consideramos importantes “Tolerancia
e igualdad”, algo importante en la actitud cerrada que aun se tiene acerca
de los inmigrantes en el entorno rural (recomiendo ver la maravillosa película de
Icíar Bollaín “Flores de otro mundo”); “Autonomía” y “Cooperación”,
para fijar las relaciones con las instituciones, importante es ponerse de
acuerdo en el entorno rural, aunque solo sea para las rutas escolares; y por último,
quiero destacar “Creatividad” y “Empatía”, muy importantes para
educar a las nuevas generaciones hacia su futuro.
Acabamos fijando las ideas principales para un currículo del centro. La más importante es enseñar la importancia de Europa y la CEE en el entorno rural, algo a veces olvidado, pero que está muy presente en medidas como la PAC, la política medioambiental y el precio de la producción agroganadera y de sus costes. Otra transcendental es cuidar las lenguas regionales, además de su cultura, para que todo el folklore ayude a educar y no desaparezca. Para acabar, destacamos la importancia de tener un bachillerato flexible y multidisciplinar, más aun tratándose de un centro rural en el que la ratio de alumnos suele ser bajo y se dan las circunstancias idóneas para aplicarlo. No olvidemos que cuidar la educación rural es cuidar nuestra naturaleza y nuestra vida.
Blog atractivo y con una gran reflexión detrás. Espero que este primer año en esta ciudad te este resultando interesante a la par que divertido a pesar de la situación de pandemia en que vivimos.
ResponderEliminarMuchas gracias, se hace lo que se puede y más!
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